El 1 de agosto de 1914 empezaba en Londres, liderada por Ernest Shackleton, una travesía que iba a hacer historia. La Expedición Imperial Trans-Antártica pretendía hacer lo que nadie había logrado hasta ese momento… Cruzar la Antártida por tierra de un extremo a otro. Evidentemente, el equipo, formado por 27 hombres, ignoraba el futuro fracaso de la travesía, las adversidades que sufrirían y como su aventura se convertiría en un ejemplo histórico de liderazgo y de supervivencia
En enero de 1915 y antes de alcanzar el continete antártico, el Endurance, el barco principal de la expedidión, quedó atrapado entre bloques de hielo durante meses. La tripulación no pudo hacer otra cosa que descargar todas las provisiones posibles y abandonarlo antes de que acabara aplastado y hundido en alguna parte del mar de Weddell. Sin barco y en condiciones extremas, Shackleton y su equipo se vieron obligados a improvisar y alzar un campamento en medio de la nada para intentar sobrevivir. Permanecerían ahí mucho tiempo.
Durante los meses en el hielo, Shackleton ejerció su liderazgo con firmeza, tacto y valor con el único fin de asegurar la supervivencia de los 27 miembros de la tripulación. Gestionó los escasos recursos disponibles, mantuvo al equipo con la moral alta, tomó decisiones cruciales bajo gran presión… Pero la verdadera prueba de liderazgo llegó cuando él y cinco de sus compañeros se subieron a un pequeño bote salvavidas para cruzar más de 800 millas, a través de las tormentosas aguas del Atlántico, hasta llegar a la isla de Georgia del Sur. Desde ahí y después de soportar otros muchos infortunios, Shackleton fue capaz de organizar una rápida misión de rescate.
En agosto de 1916, la tripulación fue rescatada sin tener que lamentar ni una sola baja. Los 27 puediron volver a sus casas con sus familias gracias, entre otros factores, al efectivo liderazgo de Sir Ernest Shackleton.
Cuando hoy se intentan definir las peculiaridades que debe poseer un líder, indagar un poco más sobre el comportamiento y las acciones de Shackleton a lo largo de esa expedición puede ser un buen ejercicio. Por os dejo algunos enlaces de interés:
Aitor Tresserras 